Es hora de replantearse


Parece que las últimas décadas han cambiado el funcionamiento del mundo. No es difícil darse cuenta de la rapidez con la que la sociedad estaba cambiando exponencialmente. Algunos pueden decir que todo este cambio fue malo y otros dicen que fue bueno. La verdad es que podemos enumerar cientos de argumentos que respaldan las dos afirmaciones anteriores y el resultado sería el mismo; no hay una respuesta segura sobre lo que está bien y lo que está mal.

Lo único de lo que podemos estar seguros es de que somos seres tan pequeños comparados con el mundo en el que vivimos. La historia y la evolución nos han demostrado que los seres humanos siempre buscamos el desarrollo y el cambio, y lo hemos conseguido. Basta con ver todos los logros e inventos que han surgido desde la revolución industrial. Pasamos de ir a las bibliotecas a buscar nuestros libros favoritos a buscar todo en Google desde nuestro cómodo asiento. Hicimos que cruzar las fronteras fuera más fácil que nunca, estábamos a un billete de distancia de casi cualquier lugar del mundo. Hemos hecho casi innecesario ir a una tienda acostumbrándonos a los servicios de entrega y a las compras en línea. Sin duda, los seres humanos han cambiado y también nuestros hábitos.

El crecimiento y el desarrollo parecían inevitables para nosotros; cuanto más tiempo pasaba, más se impacientaba el ser humano por el consumo. Bueno, parece que nuestro mundo nos ha dicho que recapacitemos un poco y nos detengamos. Curiosamente, todas esas cosas que nos impacientaban hace unos meses son ahora simplemente irrelevantes.

Nos quedamos en casa y debemos verlo como una bendición. Seguro que has visto en alguna noticia que nuestra Tierra nos lo agradece deleitándonos con aguas claras en Venecia, cielos despejados en las que antes eran las ciudades más contaminadas del mundo, especies en peligro de extinción como las tortugas marinas que nacen en varias playas, entre otras. Es una bendición porque es una señal que llama a la acción: el momento de repensar.

Ahora más que nunca es el momento de darse cuenta de que nuestro mundo necesita ser cuidado y la mejor manera de hacerlo, es a través de la sostenibilidad y la concienciación. Una vez que la vida vuelve a su ajetreada agenda, tenemos que volver a ella de forma consciente e inteligente. Los invito a todos a repensar nuestros hábitos ahora y a diseñar nuestro futuro. La evolución y el desarrollo son dos factores que siempre serán inevitables para la humanidad, pero la forma de abordarlos es algo que los individuos podemos moldear y reestructurar.

1.Repensar nuestros hábitos de salud

Una de las cosas más importantes que nos ha enseñado este tiempo de cuarentena es la importancia de nuestra salud. Es hora de escuchar a nuestro cuerpo, cuidarlo y respetarlo porque es nuestra roca, es el medio que nos permite cumplir nuestros objetivos. Cuidando de ellos a través de una dieta ecológica, no inflamatoria y reforzadora del sistema inmunitario, nos aseguramos un buen futuro para nosotros y para los que nos rodean.

En mi caso, mi forma de replantear mis hábitos de salud se parece a una dieta llena de fruta fresca, verduras y he empezado a reducir mi consumo de azúcares añadidos (es difícil, lo sé, pero factible).

Hábitos saludables

2. Repensar los viajes

Probablemente una de las cosas más bonitas a las que he llegado es ésta: repensar los viajes. Para mí, viajar ha sido y será siempre una de las industrias más agradables para trabajar, no sólo porque nos permite descubrirnos a nosotros mismos mientras descubrimos nuevas fronteras y culturas, sino por su concepto sostenible. Por supuesto, el tiempo le dio una forma diferente y los viajes en masa se hicieron más comunes y populares. Ahora, puedo decir con confianza que el mundo quiere ser descubierto, pero de forma sostenible. Por ello, es importante viajar a aquellos lugares que nos recuerdan la belleza de nuestra Tierra de una forma más ajustada, cuidando el entorno, cuidando el destino y sus gentes.

Personalmente voy a reservar un crucero por las Islas Galápagos, creo que es la manera perfecta de encontrar toda mi paz interior que parece estar por todas partes ahora mismo, y al mismo tiempo ser testigo de la importancia de la conservación y las especies.

La fauna de Galápagos

3. Repensar el consumo

Esta puede ser la más difícil para muchas personas ahora. Nuestra sociedad había moldeado la forma de consumir de una manera tan masiva y agresiva que comprar sin conciencia se estaba convirtiendo en algo más moderno que muchos otros aspectos importantes de nuestra vida.

Seguramente el consumo no es el antagonista de ninguna película imaginaria, en cambio, cuando se utiliza bien, puede convertirse en uno de nuestros mejores amigos. Cada vez que vayamos a comprar, debemos preguntarnos qué hay ahí para nosotros: ¿ayuda a mi salud? ¿Mi compra ayuda a una comunidad? ¿Este producto se ha comercializado de forma justa? ¿Lo necesito? Si podemos responder a estas preguntas en un abrir y cerrar de ojos con confianza, nuestros hábitos cambiarán pronto y empezarán a rediseñar nuestra forma de comprar y a ayudar no sólo a nuestros presupuestos, sino al mundo.

Otavalo



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