Dónde experimentar el auténtico café, los mejores lugares de café de la ciudad.
Los británicos tienen su té de la tarde, los ecuatorianos pero sobre todo los quiteños tienen su café de la tarde. Una de las tradiciones más bonitas que tienen todas las familias ecuatorianas es tomar una buena taza de café a las 5 de la tarde con un buen pan casero. Para ser sinceros, esta pequeña taza de café no costaba más de un dólar para los que querían disfrutarla fuera y menos de 50 céntimos para los que tenían ganas de tomarla en casa. Lo cierto es que, independientemente del lugar, tomar un café es la excusa perfecta para reunir a la familia y hablar de su día.
Tenemos que aprender a ver el café como algo diferente a una simple bebida, ya que hay mucho valor detrás de esa pequeña taza. El café es un viaje en sí mismo. En primer lugar, la selección del terreno es crucial, hay que asegurarse de que la tierra es fértil y llena de nutrientes, orgánica. La plantación del grano de café viene a continuación y es aquí donde se asegura la calidad que se quiere producir. Durante este proceso, se plantan los granos de café más aromáticos e intensos para obtener el café más delicado y fino en nuestra mesa. La selección del grano de café adecuado sigue en el proceso en el que sólo se eligen los mejores para su posterior venta al público. Todos estos pequeños pasos están implicados en el viaje del café y, aunque sean pequeños, son todos de gran importancia cuando se trata del resultado final.
Es muy probable que nuestros antepasados, los abuelos, estuvieran implicados en estos procesos y tal vez por eso el café de la tarde era tan importante. Porque significaba todo el trabajo duro y eso simbolizaba de alguna manera el momento de esfuerzo y unión que se puede relfexionar al tener a toda la familia junta hablando y riendo entre ellos.
Dicho esto, es importante conocer todos esos nuevos lugares que ofrecen una buena taza de café y el ambiente perfecto para sentir esa emoción y sensación de familia en Quito. Sabemos que hoy en día muchas personas pueden estar ocupadas con el trabajo o con los niños, pero la tradición de tomar una taza de café para compartir un momento con la familia o los amigos.
1. En Dulce
Aunque esta cafetería sólo lleva abierta menos de dos años, la sensación de originalidad y autenticidad se percibe en su puerta. Cuando hablan de sí mismos, lo relacionan con la siguiente cita: “Hablar de leyendas mientras disfrutamos de una taza de café, un buen postre o un buen chocolate caliente nos devuelve a esos años de la infancia en los que todo era simplemente mágico”.
La verdad es que la cita mencionada no está muy alejada de la realidad. Este lugar ha sido elegido durante varios años por ser uno de los mejores escondites de Quito. Lo que significa que muchos ciudadanos han elegido este lugar como uno de sus imprescindibles. Y es que en esta cafetería no sólo deleitarás tu paladar con los diferentes tipos de pan como el integral, el de maíz, el de centeno y otros más, sino que estarás rodeado de gente charlando entre ellos, riendo y algunos incluso cotilleando. Además, el cristal transparente y fino que divide la barra con la “cocina” permite a todos los invitados y clientes observar a todos los panaderos trabajando juntos y horneando todo tipo de productos de diferentes sabores y tamaños.
El local en sí no tiene más de 40 metros cuadrados, dicho esto te recomiendo ir un poco antes o simplemente probar esa paciencia porque es muy probable que En Dulce esté lleno de gente; algunos tomando café mientras otros comprando su pan o humitas para su desayuno.
Nuestra recomendación personal:Granola de quinoa con fruta fresca, Ponche (bebida caliente tradicional), “cachito” con jamón y queso (delicioso croissant de mantequilla) y dos huevos cocidos.
Dónde encontrarlo: Guayaquil y José Joaquín Olmedo, N6-56, Quito
2. Buen Café
El lugar perfecto para tomar un café recién molido y elaborado de forma tradicional es, sin duda, esta cafetería. No muy lejos de la Plaza de Santo Domingo, en medio de las calles Imbabura y Vicente Roafuerte se encuentra El Buen Café. Asegúrese de no ir demasiado rápido por estas calles o se perderá esta cafetería. ¿Por qué? El lugar en sí no tiene un gran cartel como cabría esperar. Por otro lado, es probable que te des cuenta del cartel cuando ya hayas comido y te hayas ido del lugar.
Su pequeña puerta y su reducida superficie de menos de 15 metros podrían distraerle, pero una vez que se adentre en este lugar, quedará embelesado por todo el movimiento y la acción que verá en tan pequeño lugar. Desde el momento en que entre, experimentará un desayuno diferente. (¡Oh sí, sólo el desayuno porque todo se acaba a las 10 de la mañana!)
Mientras intentas encontrar un asiento, te distraerás con la madre preparando el café, la hermana cortando la fruta y el hijo cortando el pan para hacer sándwiches frescos. Es maravilloso ver toda esa acción y movimiento en un lugar tan pequeño y al mismo tiempo. En cuanto a los precios, El Buen Café es bastante razonable y un buen desayuno no cuesta más de 5 dólares. No hay menús fijos porque tú decides lo que quieres comer ese día en ese momento. Por ejemplo, ¿te apetece tomar un sándwich y un café? Lo tienes. O, tal vez, te sientas un poco más curioso y te apetezca comer unos huevos duros con fruta, un sándwich y un capuchino. Independientemente de lo que quieras probar o tomar, lo tendrán y te tratarán con la mayor de las sonrisas.
Nuestra recomendación:Huevos “pericos” (revueltos con pimientos y tomates), bocadillo caliente de queso fresco, café negro y un zumo de tomate de árbol (sin azúcar, porque nos gusta estar en forma 😉 )
Dónde encontrarlo: Imbabura y Vicente Rocafuerte (Centro de Quito)
3. Café Galletti
Orgullosamente ecuatoriano y de primera calidad. El Café Galletti lleva más de 20 años en el sector. Este negocio familiar comenzó en Quito como una cafetería que ofrecía el mejor café importado de la ciudad. Su estilo siempre ha sido diferente y único desde el principio hasta ahora.
Hace 20 años su concepto era ofrecer una excelente taza de café con el mejor ambiente. Así, la gente podía disfrutar de su bebida mientras escuchaba un maravilloso jazz y olía el fuerte pero delicado aroma del espresso fresco.
Fue gracias al café que la pareja Galletti se enamoró; el neoyorquino y el ecuatoriano. Ambos decidieron entonces transmitir su pasión a Ecuador abriendo su primera tienda en La Mariscal. Con el paso del tiempo supieron que el café era la excusa perfecta para construir una comunidad y seguir con sus sueños.
En la actualidad, Galletti ofrece café ecuatoriano de primera calidad procedente de diferentes altitudes y granos. Al estar aquí, no sólo degustará un maravilloso café sino que podrá disfrutar de una experiencia ofrecida por los propios Galletti y disfrutará de una cata de café personalizada.
Nuestra recomendación: Café negro puro y un pequeño pastelito.
Dónde encontrarlo: Teatro Bolívar