Entonces, primero que nada. ¿Alguna vez has buscado en Google “Quito” en busca de paisajes, atractivos, comida entre otros? Todos sabemos que esas fotos fueron el resultado de un buen ángulo, buena iluminación y probablemente una buena cámara.
Bueno, la historia de alguna manera cambia cuando hablamos de Quito y Fotografía. Aunque suene raro e inusual, Quito es una ciudad misteriosa que para capturar su esencia, es necesario tener algunos consejos extra a su lado. Esta publicación resumirá brevemente los tres consejos principales que tanto los viajeros como los ciudadanos pueden encontrar útiles para capturar la belleza de Quito en su lente.
Hemos hablado de San Marcos en algunas de nuestras últimas publicaciones. Desde el principio hemos descrito Illa Experience Hotel como una casa llena de personas reales con personas reales que trabajan bajo la etiqueta de “un hotel”, pero en realidad no lo es. Lo mismo pasa con San Marcos. Este pueblo es hermoso por su cultura, tradiciones y, sobre todo, por su gente.
En esta publicación, me gustaría hablar sobre una experiencia maravillosa que nos muestra cómo el término “invitado” puede fácilmente convertirse en “familia” con la gente de San Marcos. Para hacer eso, hablaré sobre una experiencia de la vida real.
En las calles de San Marcos, Quito encontramos a Mónica. Es una mujer trabajadora, que ha dedicado gran parte de su vida a los niños. Quito es una ciudad hermosa pero como en muchas otras ciudades, vamos a familias que no pueden pagar la vida que desean y la buscan mientras trabajan en las calles. Lamentablemente, esto también incluye a los niños.
Mónica, al ver esto, decidió contribuir a los sueños y metas de estas familias. ¿Cómo? Dándoles a estos niños, a estos adolescentes, la energía extra que necesitan para el día. Entonces Mónica, o como la llamamos “Moniquita”, se despierta cada mañana y compra los ingredientes para el almuerzo del día. Junto a otros maravillosos ayudantes, Moniquita cocina la comida de su restaurante que con la bendición de Dios está lleno de gente que disfruta de su delicada cocina casera y al mismo tiempo, está cocinando la comida para sus hijos, sus “Muchachos Solidarios”
¿Por qué sus hijos? Sencillo, los ve todos los días en el lugar más sagrado: la cocina. El lugar donde todos los niños comparten risas, bromas y juegos. Mónica disfruta cada pequeña sonrisa, cada “mmm, delicioso” y “Dios la bendiga señora por esta comida” y toma esas palabras como su combustible diario.
Cuando pienso en Mónica, veo a todas las madres, veo héroes que dedican su vida a sus hijos. Hoy en día nos enfocamos en nuestra sociedad y decimos que sabemos tanto que nos obsesionamos con nuestra terquedad y extrañamos los detalles más hermosos con los que hemos sido bendecidos.
Este post no es solo una historia, porque es real, es prueba de valentía y liderazgo, ¡es testimonio de nuestros vecinos en San Marcos!
Este somos nosotros, esta es Illa, esto es Disrupted.
