Si estás leyendo esto ahora es que estás súper interesado en este artículo o que ni siquiera sabes lo que es la Espumilla y quieres descubrirlo. Buenas noticias, ¡lo harás y te encantará!
Entonces, ¿qué es realmente la espumilla?
Un postre tradicional que se encuentra en Quito y la sierra de Ecuador. Está hecho de dos componentes principales: la guayaba, que es una fruta, y los huevos. Su aspecto es esponjoso y suave, al igual que su sabor, que es la combinación perfecta entre dulzura y consistencia.
Las espumillas son especiales no sólo por su proceso, sino por el valor que añaden a Quito. Debido a su originalidad, debo centrar este artículo en la forma en que debe comerse una espumilla como lo hacen los verdaderos quiteños.
1. Después de la masa
Cada domingo, toda la familia debe ir a la iglesia porque hay que dedicar a Dios al menos una hora a la semana. Por supuesto, no a todos los niños les gusta levantarse a las 7 de la mañana un domingo. Sin embargo, comer una espumilla después de la misa siempre parecía ser la excusa perfecta para comportarse y escuchar durante una hora entera.
Créeme, si sales de la iglesia un domingo encontrarás una cola de niños preparándose para recibir su recompensa de comportamiento.
2. En el mercado
Las familias de Quito deben hacer sus compras durante el fin de semana porque la comida se devoró de alguna manera en la semana anterior. A pesar de saberlo, las familias se toman su tiempo para dormir. Como la nevera está vacía, van todos juntos al mercado durante el mediodía. Comer una espumilla mientras se bebe un zumo natural recién exprimido aquí es el mejor tipo de desayuno que se puede tomar.
3. Debe ser cubierto con espolvoreado de colores y un jarabe de mora
De alguna manera, no podemos estar realmente satisfechos con una espumilla a menos que tenga espolvoreadas de colores que se viertan de un tarro de sal y el tradicional jarabe de mora que se vierte suavemente de un tarro de mayonesa. No es el almíbar ni los sprinkles en sí los que cambian el conjunto de la espumilla pero sí la esencia, esa sensación que tenemos de volver a nuestros días de niño.
4. Debe ser comprado a la señora especial
Elegir la persona y la espumilla adecuadas puede parecer fácil, pero puede ser complicado para los que no saben. Para elegir la espumilla adecuada, hay que encontrar a la señora que se pasea gritando “Espumiiillaaa, espumiiiilllaaaa” con un precioso delantal blanco y una especie de gorrito blanco. Elegir la persona y la espumilla adecuadas puede parecer fácil, pero puede ser complicado para los que no saben. ¡Ellos son los verdaderos expertos!
5. ¡Hay que disfrutar al máximo!
Desde el momento en que pagas los 25 céntimos, ves cómo se extienden los polvorones hasta el momento en que oyes el último crujido al morder el cono de la espumilla. Todo el proceso debe ser una experiencia que te devuelva a tu infancia, a esos domingos y días de mercado en familia.
Las espumillas son nuestra identidad, son nuestra pequeña llave al pasado y al futuro, son la puerta a la disrupción.